Manuel Carrión Lira (Universidad Diego Portales, Universidad de Valparaíso)
Eje Temático Estética y Política
Beatriz Preciado elabora una “vivisección” del modelo semiótico farmacopornográfico Playboy, develando los protocolos de representación y capitalización particulares del consumo sexual dentro de la cultura posguerra norteamericana, construyendo, de este modo, un relato histórico que presenta el consumo pornográfico contemporáneo como heredero de este tipología capitalizada de la sexualidad. Sin embargo, el aparato multimedia Playboy estará sustentando no solo en un proyecto editorial, sino que por sobretodo en un proyecto arquitéctónico espectacularizado y enriquecido por productos de diseño (una micro-arquitectura fetiche), que lograrán dibujar una nueva tipología masculina del espacio doméstico interior mediante el mercado: la reasignación de género de un espacio tradicionalmente femenino, por uno hiper-masculino. De este modo se instala una problemática política a partir del reconocimiento de la elaboración de una estrategia de consumo, que levantará la pregunta no solo sobre el lugar del deseo y del placer hipersexualizado, sino sobre la espacialidad y visualidad construidos para que estos circulen. Es aquí donde la arquitectura y el diseño, como tecnologías audiovisuales y espaciales, son parte conformante de esta heterotopía porno, por lo tanto, se sostiene que se vuelven biopolíticos. Cocinas para hombres solteros, cascadas idílicas en mansiones y camas giratorias circulares, son algunos diseños que este imaginario expulsa como productos concretos, que además sustentan y permiten la práctica de este modelo y mito. La reflexión que se desea construir es, justamente, explorar esta relación entre el modelo semiótico de producción, y la concreción y articulación de productos como parte de una estrategia política de consumo, ya que en efecto, como Preciado señala, el emprendimiento Playboy deseaba construir una alternativa a la familia nuclear suburbana, una utopía posindustrial hipersexual, heterosexual y masculina. ¿Es posible plantear, a partir de la consideración de la arquitectura y el diseño como tecnologías biopolíticas del espacio y de la imagen, un rango de acción donde pueda existir un agenciamiento de estos? ¿Son solo acaso resultados de un proceso estructurante discursivo, y solo representan, mediante un uso politizado superfluo, ciertos criterios estéticos funcionales al consumo? Entendiendo la Pornotopía como la capacidad de proponer relaciones entre espacio, sexualidad, placer y tecnología, ¿Es posible alterar las convenciones sexuales o de género produciéndolas como derivados de operaciones tecnológicas y espaciales particualres intentando elaborar Pornotopías de la resitencia?
Palabras Claves: Pornotopía, heterotopía, diseño, tecnología.
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