Marcelo L. Serrani (UBA-UNGS)
Eje Temático Discurso Político
Esta comunicación presenta adelantos parciales de una investigación mayor que tiene como objeto de estudio la producción discursiva de las distintas formaciones políticas opositoras al gobierno de Carlos Menem. Carlos “Chacho” Álvarez y Graciela Fernández Meijide fueron los principales dirigentes de estos partidos (Fredejuso, Frente Grande, Frepaso). Finalmente con La Alianza, (coalición política FREPASO – UCR) se obtiene el gobierno al ganar las elecciones de 1999. El objetivo de esta investigación consiste en comprobar el grado de contradicción entre la matriz neoliberal del discurso de estos partidos y coaliciones políticas y los supuestos argumentativos que se desprendían de su calificación – por sus dirigentes, intelectuales adherentes y la prensa- como “progresistas” y de “centro izquierda”. Grado de contradicción que finalmente llevó al país a la más grave crisis económica y social de su historia y a una represión policial que causó 39 muertos en los días 20 y 21 de diciembre de 2001. El fracaso de esta experiencia política “progresista” y de “centro izquierda concluyó con la renuncia del Presidente De la Rúa. En los años ´90 se puede reconocer en Latinoamérica y en Argentina, en particular, la consolidación de un bloque histórico sostenido por la hegemonía de la ideología neoliberal que dio forma y fijó las relaciones entre la sociedad civil y la sociedad política del período. Es dentro de este espacio hegemónico que se desarrollan los discursos de estas agrupaciones de “centro izquierda” que se presentaban como oposición político- cultural. Intentamos demostrar que la prevalencia del discurso neoliberal afectó de modo tal las distintas matrices discursivas que impidió que se produjeran discursos contra hegemónicos que fueran válidos. Los discursos opositores fueron, por lo tanto, variaciones del discurso hegemónico; discursos que argumentaban en beneficio de un sistema político con bajos niveles de corrupción y que para justificar esa posibilidad sus representantes se adjudicaban para sí virtudes morales que los integrantes del gobierno no tenían. De este modo se suponía que la calidad de un sistema político y económico dependía de las características éticas de los funcionarios. Los conceptos de “Hegemonía” y “Bloque Histórico” desarrollados por Antonio Gramsci (y revisados por Anderson 1991, Portelli 1992 y Portantiero 1987, Laclau 1987) resultan fundamentales para el análisis estas producciones discursivas. Dentro de este espacio teórico es que extendemos la noción de bloque histórico hacía la conformación de lo que denominamos “bloque ideológico-discursivo” que daría cuenta de la hegemonía de una ideología en las matrices que rigen la diversidad de la producción discursiva, en particular del discurso político. El período que estamos describiendo resulta ejemplar de este fenómeno.
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