¿Qué es una obra de arte político?
Milagros Martinez (UNLP)
Eje Temático: Estética y Política
Resumen
Si intentáramos dar una respuesta a esta pregunta desde las nociones que la teoría del arte ha instalado acerca de lo que son y han sido las obras de arte, encontraríamos que el estatuto de una obra es independiente de su politicidad, y que lo que una obra de arte político es parece no estar vinculado con la política. Es que la teoría del arte se ha encargado de enumerar y explicar las sucesivas categorías de obra que se desarrollaron progresivamente desde la constitución autónoma del campo hasta la actualidad. Estas pueden resumirse como: la obra de arte moderna, que domina el campo desde el siglo XIX hasta la década de 1960 y se caracteriza por ser un objeto acabado que opera a través de un discurso; la obra de arte posmoderna, que se desarrolla aproximadamente desde 1960 hasta la década del 90, de características conceptuales y tautológicas; y la obra de arte contemporánea, iniciada en los 90, vigente en la actualidad, cuyo estatuto está dado por ser relacional, contextual y abierta.
Así, lo constitutivo de una obra esta –aparentemente- en la forma visible en que se objetiva, en la materialidad o inmaterialidad con que se nos presenta. De este modo, la pregunta por lo que un mural de Diego Rivera es puede ser respondida igual que la pregunta por lo que es un cuadro de Mondrian o lo que es un lienzo pintado por Pettoruti; y un happening de Vostell entra en la misma categoría que aquellos del ciclo: “experiencias 68”, realizados por artistas del conceptualismo político argentino.
Desde la historia del arte, sin embargo, podemos encontrar otras respuestas a nuestra pregunta. Esta, ha estudiado las características de las obras desde sus particularidades plásticas e históricas, desarrollando –consecuentemente- sus rasgos políticos. Así, por ejemplo, el muralismo mexicano puede ser entendido como político solo si se lee su “contenido” y sus estrategias como discurso de época, y su singularidad como otra forma de constitución histórica de las instituciones del campo. Y una obra de conceptualismo político latinoamericano será caracterizada por ser descentrada con respecto al desarrollo del campo artístico central, y por estar atravesada por un contexto histórico distintivo.
Así, lo político de las obras de arte (identificado con un discurso, un concepto o una acción), aparece sólo en relación con su contexto, dejando de lado la posibilidad de pensar en la potencia critica del arte como constitutiva de cierto tipo de obra: el arte político. El arte político es una forma particular de hacer arte que confiere otra operatoria a la obra que las que le otorgan las categorías de obra sustentadas en la idea de pérdida de función del arte. Comete la herejía de vulnerar la autorreferencialidad del campo a la vez que contradice los estatutos de obra vigente y reclama para sí otra condición artística.
Para intentar una respuesta a este problema analizaré el trabajo del colectivo muralista Contraluz Mural.
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