Mauro J. Saiz (UCA - CONICET)
La corriente comunitarista, principalmente desarrollada por autores anglosajones durante los años ’80 y ’90, fue un importante oponente teórico del liberalismo en ese contexto. Ahora bien, el comunitarismo nunca conformó un corpus teórico unificado, sino que se trató siempre de una etiqueta aplicada más o menos laxamente a diversos autores con propuestas (y sobre todo críticas) similares en algunos puntos. Justamente, lo que en alguna medida atravesaba la obra de todos ellos era el rechazo de la concepción individualista y desvinculada, a lo que respondían, en mayor o menor medida, con una noción fuerte de “comunidad”. Este concepto traería implícita la idea de una identidad fuerte y situada, de un compromiso de la persona con el colectivo al que pertenece. Y hasta ahí llegan las coincidencias. Siguen las preguntas inevitables: ¿qué constituye y sostiene a la comunidad en cuanto tal?, ¿hasta dónde la identidad del individuo está determinada por su pertenencia?, ¿qué relación existe y puede o debe existir respecto de aquellos que no comparten la identidad grupal? Cada una de estas preguntas encontrará respuestas variables según el autor que se considere. En este trabajo, simplemente queremos repasar el uso de la idea de comunidad en algunos de los pensadores en cuestión, tales como Alasdair MacIntyre, Michael Sandel, Charles Taylor o Michael Walzer, señalando puntualmente hasta dónde la(s) identidad(es) comunitaria(s) por ellos planteadas se apoyan en elementos simbólicos o fácticos tradicionales, qué posibilidades (si alguna) se abre en estas teorías para el reconocimiento de otro tipo de identidad colectiva y cómo se trata el problema-dato de la alteridad y la diferencia. Palabras clave: comunitarismo – identidad – alteridad
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