Federico Baeza (IUNA-CONICET)
Pablo Torres (IUNA-UBA-UNLZ)
El ámbito de las prácticas estéticas se muestra como un escenario público paradigmático en el que (re)presentar los conflictos que dan lugar a determinadas particiones de lo sensible, según la expresión de Jacques Rancière. Diferentes modos de ser, hacer, pensar y decir conmueven la repartición de los roles, y las jerarquías asociadas a esas posiciones, que cada actor social ocupa en el horizonte de la experiencia estética. En esta esfera emerge el desacuerdo, irrumpe la aparición de la porción supernumeraria, el demos, la parte de los sin parte, quienes con su presencia impugnan los criterios de asignación de lugares en el seno de la comunidad.
Desde esta perspectiva que entiende de manera amplia las relaciones entre estética y política nos proponemos abordar los siguientes interrogantes: ¿Cómo las prácticas estéticas se vinculan con procesos de subjetivación política? ¿En qué sentido el universo de las formas, las particulares maneras de ser y hacer, pueden caracterizarse en su dimensión política? ¿De qué modo las producciones artísticas de diversas disciplinas, ya sea de manera explícita o no, promueven acuerdos o conflictos políticos? ¿Cómo el juego de emblemas y divisas define distintas identidades estéticas, políticas o comunitarias? ¿De qué manera caracterizar políticamente el incesante flujo de iconografías procedentes de la industria cultural o de las múltiples plataformas mediáticas? ¿Es posible reconocer tácticas o estrategias políticas en el ámbito del consumo? ¿Con qué herramientas entender la relación entre diversas ritualidades y la consolidación o transformación de Estados, organismos regionales u otras instituciones políticas, económicas o culturales? ¿Qué herramientas pueden utilizarse en el campo de las políticas culturales para promover la ampliación de la ciudadanía?
Índice de Resúmenes de Estética y Política
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