VI Jornadas Debates Actuales de la Teoría Política Contemporánea - 2015
Pensar
la interculturalidad posible en nuestro entorno: el caso del
“Barrio Intercultural” en San Martín de los Andes.
Laura
Araya, Prof. en Historia, U.N.Comahue, alumna avanzada de la
Especialización En Didáctica de las Ciencias Sociales
(U.N.Comahue-FCE).
Paulina
Kittl, Prof. en Historia, U.N.Comahue, alumna avanzada de la carrera
profesorado en Filosofía (U.N.Comahue- FaHum).
Resumen:
Nuestro
trabajo busca abordar el problema de la interculturalidad, a partir
de la experiencia y el contacto con el barrio “intercultural” de
San Martin de los Andes en la Provincia del Neuquén, el cual comenzó
a pensarse a partir de la crisis del año 2001. Con posterioridad,
en el año 2004, al sancionarse la
“Emergencia habitacional” en la localidad, comienzan a realizarse
las primeras gestiones para concretar el proyecto. Así, en pos de
buscar una solución habitacional, se aprobó el uso del lote 27, de
400 hectáreas en el Parque Nacional Lanín: 340 hectáreas fueron
restituidas a la Comunidad
Mapuce Curruhuinca, quien cedió 77 hectáreas a la Asociación
Vecinos Sin Techo y Por Una Vivienda Digna, para la concreción de un
Barrio Intercultural y Medioambientalmente Sustentable que albergará
a 250 familias.
La concreción del proyecto “intercultural” se encuentra en
constante revisión y discusión por parte de la Mesa Política que
se ha constituido para su tratamiento, la cual cuenta con
representantes del municipio, de Parques Nacionales, de la asociación
de Vecinos sin Techo y por una Vivienda Digna y de la Confederación
Mapuce Neuquén; esta representatividad busca dar cuenta del carácter
“intercultural” del proyecto, que persigue la convivencia entre
vecinos/as que responden a distintas identidades “nacionales”,
quienes se consideran argentinos/as y quienes se consideran mapuces.
Partiendo
del marco teórico decolonial consideramos pensar el problema que se
nos presenta, en éste caso con respecto al carácter “intercultural”
del barrio, tensionando la realidad con la conceptualización
propuesta por Katherine Walsh. La autora considera la
interculturalidad como un proceso de construcción de subjetividades
otras, distintas y opuestas a la matriz modernidad/colonialidad.
Esta es, entonces, una práctica social permanente de construcción
en y desde la diferencia, que “intenta romper con la historia
hegemónica de una cultura dominante y otras subordinadas y, de esa
manera, reforzar las identidades tradicionalmente excluidas para
construir, tanto en la vida cotidiana como en las instituciones
sociales, un con-vivir de respeto y legitimidad entre todos los
grupos de la sociedad” 1.
Creemos, de acuerdo a la propuesta de la autora, que en éste caso
estamos ante un “barrio” pluricultural ya que en su génesis y en
su praxis no se ajusta al concepto de interculturalidad propuesto
desde la perspectiva decolonial. La puesta en marcha y concreción
del barrio no trastoca el orden establecido, no es una construcción
contra hegemónica; aunque evidentemente es un gran logro de la
comunidad mapuce en cuanto a sus reivindicaciones territoriales, así
como un triunfo político, ésta experiencia no responde a una
construcción colectiva de
con-vivir con respeto y legitimidad entre todos los grupos de la
sociedad,
aunque el municipio en su Carta Orgánica se declare intercultural.
Sin embargo, estos logros quedan entrampados en la lógica
moderna/colonial, pues el estado usa discursivamente la idea de
interculturalidad, mientras en la praxis prevalecen las políticas
focalizadas del mismo que responden a demandas de reconocimiento y
reparación histórica a los pueblos, al tiempo que al de viviendas.
Observamos
así, en este estudio de caso, como se vacía de praxis real el
proceso intercultural a través de diferentes acciones que se
presentan como construcción “intercultural”, cuando en realidad
éstas responden a políticas estatales focalizadas que pueden
corresponderse con prácticas propias de la pluriculturalidad; tal es
el caso de proyectar una “escuela intercultural”, que en verdad
no responderá a conocimientos decoloniales interculturales, pues
sólo se propone la educación bilingüe. He aquí para nosotras el
límite de la interculturalidad. Límite que se ensancha cuando ante
la acción de izar una bandera de la nación mapuce junto a la
bandera de la nación argentina, gran parte de la comunidad de la
ciudad de San Martin de los Andes se proclama en contra.
Es
también para nosotras un problema replantearnos el rol de las
identidades nacionales. En este sentido, consideramos que la
identidad nacional argentina y la identidad nacional mapuce se
encuentran en disputa.
Si
partimos de pensar que la identidad nacional argentina se construyó
e impuso históricamente como identidad hegemónica en todo el
territorio, negando las identidades otras pre-existentes, observamos
un proceso de homogeneización. La identidad nacional es un elemento
de estatidad y control sobre los/as habitantes del territorio, o lo
que Oszlack llama “el
atributo ideológico del estado”2.
El mismo consiste en la capacidad de creación y difusión de
valores, conocimientos y símbolos reforzadores de sentimientos de
nacionalidad que sirven para legitimar el orden establecido. Desde
esta conceptualización, y siguiendo la perspectiva de Walsh para el
concepto de interculturalidad, consideramos que la identidad nacional
creada para la nación Argentina durante los siglos XIX y XX aún
sigue en vigencia, sin transformarse en pos de políticas
“interculturales” reales.
Esta
homogeneización se encuentra, sin embargo, discutida y resistida por
“identidades otras”, tal es en este caso la identidad de la
nación mapuce. Estas “identidades otras” exigen políticas de
estado que den respuestas a sus necesidades territoriales, culturales
y resignificativas de su identidad. Como podemos observar en este
estudio de caso la identidad nacional argentina, de matriz moderna,
por más que se disfrace de “intercultural”, continua
conservando su esencia colonial, pues siguiendo la conceptualización
dusseliana3,
la negación y exclusión se convierten en opresión de las
identidades otras por parte de ésta identidad nacional hegemónica.
Si bien el estado nacional responde a los legítimos reclamos que
desde la otredad los pueblos originarios realizan, estas respuestas
se realizan mediante la apropiación de su discurso, apropiación que
implica un vaciamiento del mismo, y con respuestas que tienden a
encapsular los conflictos, desactivándolos al mismo tiempo que los
vacían, pues la interculturalidad se desvanece en pos de proyectos
pluriculturales que colaboran con la perpetuación de la identidad
hegemónica y homogeneizante del estado nacional argentino.
Consideramos entonces que estamos ante un reacomodamiento de las
relaciones de dominación/opresión, reacomodamiento nuevamente
impuesto desde arriba, que consiste en cambiar algo (el discurso)
para que en esencia nada cambie (la práctica).
1
Walsh Katherine Interculturalidad,
estado, sociedad. Luchas (de)coloniales de nuestra época,
Ecuador, Abya Yala, 2009 p.41
2
Oszlack, Oscar
Reflexiones sobre la formación del Estado y la construcción de la
sociedad argentina;
en Desarrollo económico Nº 84, enero-marzo 1982.
3
Dussel Enrique Hipótesis
para el estudio de Latino América en la Historia Universal,
Resistencia, 1966. En soporte digital:
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar//.
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