VI Jornadas Debates Actuales de la Teoría Política Contemporánea 2015
Andrea
Fagioli
El trabajo que aquí se propone tiene el
objetivo de hacer diálogar dos líneas presentes en el debate crítico
contemporáneo, ambas de matriz marxista. Se trata de cruzar un análisis sobre
la extracción de la renta inmobiliaria urbana, con los planteamientos que
individúan en la producción de subjetividad un campo de lucha fundamental del
modo de producción capitalista, así como el locus político por excelencia de la
contemporaneidad. La idea es tematizar el papel que la metrópolis capitalista
cumple en la configuración de lo humano, es decir en la estructuración de la
vida bajo el paradigma subjetivo del neoliberalismo: el empresario de sí mismo,
pero también de su otra cara, el hombre endeudado.
La tesis que se quiere plantear es que la
producción de lo común, que es la vida misma de la ciudad (Hardt y Negri) es
cercada, apropiada y puesta en valor por el capital y que esta operación
conlleva -y al mismo tiempo no podría llevarse a cabo sin- la producción de las
figuras subjetivas del empresario y del deudor, que coexisten en un mismo
sujeto; un sujeto fracturado por tensiones que lo tornan un campo de batalla de
intereses que a menudo llegan a ser antagónicos.
Respecto del primer eje nos enfocaremos en
algunos planteamientos de autores, como Henri Lefevbre y David Harvey, que han
pensado el espacio urbano en términos políticos y han revindicado la necesidad
de llenar el significante vacío de la fórmula “derecho a la ciudad” desde una
perspectiva anticapitalista, que nada tiene que ver con la idea de
planificación de las ciudades contemporáneas -del tipo smart city-. El
problema que subyace a este punto de vista, y que nos convoca, es la necesidad
de entender cómo funciona la explotación en un espacio que los análisis
marxistas tradicionales consideraban -de manera lacunosa, sostiene Harvey-
formas secundarias respecto de la explotación al interior de la fábrica y que,
sin embargo, en la fase actual del modo de producción capitalista, una fase que
tiende a lo inmaterial, cobran una centralidad absoluta.
Por el otro lado se toma como punto de partida
una perspectiva postoperaísta en lo que concierne lo común y la producción de
subjetividad. Nos referimos en primer lugar a los trabajos de Hardt y Negri,
que no limitan lo común a un conjunto recursos naturales que no serían
apropiables por dos formas de propiedad consideradas simétricas: lo privado y
lo público, sino también en lo que el conjunto de singularidades produce; en el
caso que nos interesa sería la misma ciudad en tanto resultado de la producción
de los sujetos que la habitan.
En segundo lugar, haremos referencia a la
producción de subjetividad en tanto exigencia fundamental del capitalismo
postmoderno (utilizamos la noción de postmoderno en un sentido exclusivamente
periodizante, que remite a un paradigma post-industrial), en el momento en que
la lógica económica embiste el espacio de la vida entera (pensamos en las
teorías sobre el capital humano de Gary Becker).
Nuestra reflexión considera determinantes los
planteamientos de Maurizio Lazzarato sobre el paradigma del hombre endeudado,
que sería conditio sine qua non de una economía de la deuda (este es el
sintagma que el autor usa para caracterizar al neoliberalismo). A través de la
producción de un hombre educado para honrar la deuda, el capitalismo
colonizaría su futuro, neutralizando la multiplicidad de combinaciones posibles
y reduciendo su libertad a la elección entre conductas compatibles con el
rembolso de la deuda -una deuda contraída por el simple hecho de vivir y no ser
propietario.
Desde este punto de vista, la presión que los
alquileres ejercen sobre los no-propietarios de viviendas, más allá de
representar una forma fundamental de explotación y valorización del capital,
constituye una poderosa herramienta de producción de una subjetividad
compatible con la acumulación capitalista. Además esta subjetividad resulta
particularmente fácil de gobernar, considerando la dificultad de organizar un
movimiento con capacidad de acción coherente y eficaz que pudiera combatir la
renta inmobiliaria.
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