VI Jornadas:
Debates Actuales de la Teoría Política Contemporánea 2015
Liberalismo, neoliberalismo y administración:
de las subjetividades administradas a las subjetividades administrativas
Sebastián Botticelli
sebastianbotticelli@gmail.com
UBA / UnTreF / UnLu
Resumen
El año 1978 marca una transformación en las indagaciones que Michel Foucault venía desplegando en torno al surgimiento del biopoder. Al retomar sus cursos en el Collège de France, Foucault comienza a desarrollar una perspectiva que considera al funcionamiento del poder ya no sólo en sus aspectos represivo-regulativos sino además –y quizás especialmente– en sus sentidos performativos. De ese modo, el problema del gobierno ya no se reduce a los vectores jurídico-legales de la soberanía pues pasa a ser formulado en términos gubernamentales.
En los cursos Sécurité, territoire, population (1978) y Naissance de la biopolitique (1979), así como también en algunas conferencias dictadas durante ese mismo periodo entre las que cabe destacar “Omnes et singulatim: vers une critique de la raison politique” (1979), Foucault propone un conjunto de coordenadas históricas en las que el surgimiento de la estatalidad moderna es íntimamente vinculado con las primeras dinámicas de producción capitalista. Esto se expresa en un conjunto de relaciones sociales que dan lugar a la aparición de nuevas formas subjetivas. Dentro de esos desarrollos, Foucault puntualiza un elemento que no alcanza a explorar en profundidad pero al que sin embargo le otorga un lugar relevante: la puesta en práctica y posterior compendio y sistematización de los primeros saberes administrativos.
Una revisión arqueológico-genealógica del surgimiento de esta disciplina permite señalar el rol fundamental que la administración ocupa dentro de las dinámicas político-sociales que comienzan a configurase en Europa desde mediados del siglo XVII. Dicha revisión permite destacar la importancia de los primeros desarrollos de la Polizeiwissenschaft cameralista en la consolidación de modelo estatal característico del absolutismo monárquico. Del mismo modo permite apreciar cómo el liberalismo británico del siglo XVIII, lejos de cuestionarlas o impugnarlas, adopta muchas de las tecnologías de gobierno administrativas gestadas por el cameralismo prusiano. Asimismo, permite señalar la continuidad respecto de estos desarrollos que supone el surgimiento de la disciplina de la Administración Pública dentro del contexto de la Francia post-napoleónica.
A nivel de las subjetividades, estas transformaciones se expresan en un conjunto de consideraciones desde las cuales los sujetos, en su vínculo con las nacientes formas de estatalidad, dejan de ser súbditos para pasar a ser “ciudadanos portadores de derechos” y luego “ciudadanos administrados”. De esta manera, la revisión del surgimiento de esta disciplina muestra cómo las relaciones sociales propias de la modernidad europea mantienen entre sus condiciones centrales un carácter marcadamente administrativo.
La presente ponencia apuesta por la posibilidad de que dicha revisión funcione como una forma de interpelación de nuestra actualidad. Esta apuesta cobra una relevancia particular toda vez que se consideran en detalle las hipótesis foucaultianas que comprenden a la aparición del liberalismo y del neoliberalismo como reacciones frente a las dinámicas del absolutismo monárquico en el primer caso y a las dinámicas del Estado de Bienestar en el segundo. En este sentido, resultará significativo rastrear cómo las manifestaciones de la impronta neoliberal en el plano de la subjetividad operan sobre aquella combinación entre la moral del trabajo y la confianza en los dispositivos de seguridad social que se había convertido en hegemónica durante el periodo de pos-guerra. Frente a ese modelo, el neoliberalismo propone una nueva racionalidad que, apelando a la defensa de una particular forma de libertad que se expresaría exclusivamente en las decisiones mercantiles, aboga a favor de que cada sujeto sea capaz de autoadministrarse. Así, el neoliberalismo articula un conjunto de criterios según los cuales la responsabilidad por el correcto funcionamiento del colectivo social recae en los individuos, en tanto que éstos deben cumplir con el mandato de maximizar sus posibilidades (eficacia y eficiencia), para lo cual deben reclamar las condiciones de libertad que esa operatoria requiere. De este modo, si de dos niveles se configura nuestra realidad social, el de la individualidad subjetiva y el de las estructuras institucionales, la gubernamentalidad neoliberal detenta la capacidad de circular en ambos niveles, y también en entre ellos, desactivando la oposición que en otros momentos históricos contraponía lo particularizante y lo totalizador. Ese parece ser, en definitiva, el rasgo saliente de esta impronta que se manifiesta en una suerte de novedosa convergencia entre lo colectivo y lo individual, y que muestra como uno de sus rasgos más significativos la capacidad de abarcar a todos y a cada uno.
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