¿Una falsa dicotomía?
Luciano M. Piluso Demagistris
Eje Temático: Estética y Política
Resumen
La intención de esta intervención es hacer lugar al abordaje de las incidencias en impactos de la estética en la política y la relación de la misma con lo político, lo social y lo ideológico. Zambullirse en la “dicotomía” entre arte y política, hasta hoy existente, a fin de lograr mayores síntesis y más laboradas conclusiones es infactible si no lo es la resolución de tal discusión. Por esto lo que podemos hacer y a lo cual apuntamos es a contribuir con elementos y nuevas reflexiones, y hasta nuevos enfoques en la reflección de la fórmula estética y política como un todo o un compuesto complementario. Si la política tiene estilo, si hay un estilo político o de la política se decanta de esto una estética política o estéticas políticas diversas, o la estética de la política. La política se apropia aquí de la estética o es impactada por ella, o bien puede adoptar una estética en tanto es impactada por la estética o estéticas diversas o por una estética. ¿Es esto una posibilidad? ¿Es esto factible sin abandonar una visión integradora e interactuante? Parto de la premisa de que el arte es ideológico. Bien. Por otro lado las primeras vanguardias del siglo XX han mostrado un giro en la relación entre arte y política. Si hay un estilo político, aquí el arte nos muestra un compromiso de tipo político y social aparte de ideológico. La estética en tanto abstracción en este puto se desagrega y deja lugar la arte como concreto que opera más allá de sí y contribuye en un sentido humanista y universal. La incidencia de movimientos como el futurismo, el surrealismo el realismo, el muralismo mexicano, incluso el dadá y hasta Goya en diversos movimientos políticos y tendencias políticas y a la vez estos movimientos artísticos impregnándose de, y encolumnándose en diversos movimientos y partidos político e ideologías como el fascismo, el comunismo, el trotskismo, el anarquismo, el peronismo, etc., demuestran una interacción y sinergia que pone en duda la demarcación entre los dos términos, y hasta en esta instancia nos demuestran una asociación al menos, y en principio, recíproca, complementaria, inevitable e incluso necesaria. La política adopta un estilo, hay un estilo político o de tal o cual política y como contraparte el arte, la estética, adopta un rol, un compromiso político o con lo político o con tal o cual política e incluso con tal o cual partido político. El arte termina embebiéndose de lo político y lo adopta. Entramos entonces en el ámbito de la ciudadanía. El arte crea ciudadanía - ¿Qué tan determinante es el arte en la creación de ciudadanía y los valores que esta conlleva? -; el arte pasa a tener responsabilidad ciudadana en-sí. Entonces la dupla ahora interactuante y comprometida estética y política construye ciudadanía, interviene en esa construcción y hasta pasa a ser determinante como un todo no escindido, como una condensación aparentemente inevitable en tanto asociación recíproca. En la estética y la política o arte y política se funden los elementos de la mentalidad, la mentalidad de una época, al ser ambos factores ontogénicos y antropogénicos de la sociedad. La historia universal, en su acontecer expansivo aún en sus contracciones, su espíritu, lleva a un avance hacia adelante y arriba o un retroceso hacia abajo y atrás, de izquierda a derecha o del orden al caos en un dinamismo continuo, insisto, producto del conocimiento y la labor humana, de ciertos hombres (u hombre) de su tiempo. La lectura del espíritu de la época conlleva, mas tarde más temprano a su integralidad, pero esta integralidad es inevitable en diverso grados porque el hombre es un Uno-Único integral y las diversas áreas que lo implican y comprometen están destinadas a converger en él, en su vida, en su historia y en su evolución. Propongo el abordaje de temas como estética y ciudadanía, y la construcción de la ciudadanía desde la estética y una política estetizada, y la posibilidad de una sociedad estética como de una política estética, el compromiso del arte en esta construcción ciudadana y en la construcción política y del poder a partir de su incidencia en la construcción de la subjetividad, colectiva e individual, en la teoría y en la acción. Sus planteos y cuestionamientos al status quo y al establishment como su determinación y operación sobre estos, en relación al decadentismo del pensamiento y subjetividad burguesa. El compromiso, como tal, del arte y los diferentes movimientos estéticos en tanto compromiso social, ideológico y político. La mímesis y la política, la mímesis de (entre) los ciudadanos, de estos con el poder como del poder con estos y el clásico abordado por el psicoanálisis de la mimesis entre el lider y la masa. También la cuestión de lo sublime, la política y el poder. La estética y el conflicto social y su rol como liberador libidinal y de fuerzas contestatarias, como disparador del pensamiento y la ideología en clave revolucionaria, renovadora o reformista. En un lugar intermedio la estética como innovación y habilitante de tendencias innovadoras. Si hablamos de la estética en el control, como arma de control por parte del poder político – su rol, responsabilidad, compromiso y efectividad a tales efectos -, el tema se abre y nos referimos al rol-posibilidad de la estética en-el-para-el control y contención del conflicto social. La estética en la sublimación del conflicto social, de la neurosis y hasta la psicosis social incluso. ¿Puede ser la estética un (el) elemento de sublimación de la política? ¿La relación compartimental entre vanguardia(s) estéticas y vanguardias política(s)? ¿Es concluyente la relación – y convivencia – fragmentaria entre vanguardias estéticas y vanguardias políticas? Son estos, planteos que llevan a la aplicación de un corte transversal – y por qué no diagonal - a partir de distintos temas contemporáneos en el abordaje de la cuestión. Es necesario ir hacia un Nuevo Encuentro Cultural que no evite la historia reciente – y los problemas planteados y acarreados por la historia reciente - en la estética-arte, la política y la Idea, volcado a planteos fuertes y urticantes en una visión integral del pasado cercano, el pasado lejano y las proyecciones futuras, comprometido con el ejercicio crítico profundo y constante. A modo de ejemplo y planteo: En los año 70´ hemos presenciado en la Argentina, desde lo estético, el surgimiento de una vanguardia que se expandiría por el mundo y quedaría como un sello mas de la Argentina: el Informalismo. La Argentina cuenta con glorias en la literatura, en las ciencias y en todas las artes pero carece de desarrollo de pensamiento abstracto, no cuenta con pensamiento filosófico. Al Informalismo podría tomárselo como un prisma mas por el cual se traduce el pensamiento argentino no racionalizado. El dicho popular “lo atamo’ con alambre lo atamo’” es visible y encuentra su correlato en el arte basado a partir de la basura y resinas como en la inevitable revoltija de volquetes para obtener su materia prima; arte-movimiento surgido, a la vez, de la influencia del arte experimental y el Pop norteamericano que, por los años de la dictadura en Argentina, secundaba la moda bolichera de “fiebre de sábado por la noche”, llena de luces encandilantes y fluorescentes que suponía una vida exenta de preocupaciones y relajada, al mejor estilo americano. Al mismo tiempo que arribaban al país tendencias estéticas impulsadas y disparadas de manos de jóvenes intelectuales arrogantes y frívolos (en parangón con el joven yuppie), exaltando la imagen y el concepto del joven exitoso y arrollador, mas despreocupado, el proceso de reorganización nacional proscribía al Surrealismo bajo el veredicto de manifestación degenerada y subversiva, como así también al freudismo (uno de sus pilares teóricos), truncando y desprestigiando al Psicoanálisis. Décadas después, como si nos sintiéramos en un Renacimiento lento, pero no sumiso en las artes – mas sin dejar de ser visible el atraso del país, atraso del cual el arte no es un área ajena –, nos mancomuna a muchos la exploración de esta vanguardia que se compromete con el aspecto de la transformación tanto de la sociedad como del individuo. Compromiso y riqueza intrínseca, hasta endógena que lo puso al servicio, como vanguardia artística, como brazo estético de los planteos y hechos del Mayo Francés – y dada su versatilidad – en tal contexto de ebullición de ideas concluyentes a ligarse, nutrirse y adoptar – ya en su etapa tardía, de declinación – varias líneas ideológicas, incluso disímiles (Psicoanálisis ya en sus múltiples variables, Marxismo, Libertarismo, pero sobre todo al existencialismo, también, en sus múltiples variables y amplitud), entendiendo el Surrealismo en esa etapa y haciendo suya la estrategia de construcción-deconstrucción-reconstrucción. Entonces se afianza, vigoriza, “engorda”, sideralizándose en constante renovación el primigenio planteo surrealista de destrucción de estructuras: estructuras sociales y mentales, pero ante todo mentales como lugar de origen y puntapié inicial en lo atinente a la cuestión transformadora en el contexto de la crisis cultural y moral de la burguesía; del decadentismo del imperialismo y el descubrimiento de la mancomunación de obreros e intelectuales en el campo de la praxis. Nosotros, hoy, partimos de esta barrera: el abordaje de psiquismo. No hay intención de erigirse en reacción al informalismo – que, vale decir, su aporte es muy valioso y novedoso a niveles técnicos, y sin duda suma – o de tal o cual movimiento; pero si pregonamos una experimentalidad en sí y por sí, y productiva en tal sentido. El psiquismo, como concepto y realidad excluyente y prominente hoy, nos lleva a indagar mas e insuflarle importancia y exploración al mundo de los sueños, al MUNDO DE LO MARAVILLOSO como materializable y realizable, parapetados en el adagio “hacer posible lo aparentemente imposible”, tarea, la cual es viabilizable mediante un concepto aprehensible: VOLUNTAD DE PODER. Creemos a este concepto como prueba piloto en la implicancias del sondeo de las zonas “inabordables” de la mente, las profundidades del alma, las zonas mas obscuras del la psiquis del hombre, que determinan su conducta y su SER; las zonas donde se encuentra la VERDAD; en pos del progreso constante, errante e inevitable de la Historia Universal. Una posibilidad para la CONTRUCCION-DECONTRUCIÓN-RECONTRUCCIÓN-Construcción constante. De la Tesis-Antítesis-Síntesis contante. Dinámica dialéctica inevitable: constancia, constante, mutación, constante, comienzo y recomienzo siempre en avance constante y continuo, contingente pero continuo: una dialéctica inmanente. Infinita.# Entonces, y en tal sentido, invito a pensar modelos de posibles lineamientos programáticos para una praxis comprometida desde la teoría para la acción desde la articulación y un espíritu integral. Siendo el Surrealismo muy proclive a una integralidad teórica y práctica, pienso aquí en un modelo posible de articulación, y más, donde se salda la dicotomía (falsa) entre estética y política. _ Impulsar y hacer justicia al concepto de “LO MARAVILLOSO”, afirmando su existencia y factibilidad en tanto Idea, concepto y hecho en al mundo sensible. _ Que el mundo de “lo maravilloso” está íntimamente ligado al mundo de los sueños, cuyos productos de carácter psíquico emanan y tienen su origen primigenio en el sistema inconciente de la estructura psíquica. _ En tanto lo anterior se impulsa y estimula la cooperación de las prácticas estéticas surrealistas con el sistema de salud mental, como soporte, confiando en las cualidades terapéuticas del Surrealismo en la esfera de lo mental, sin perjuicio de que a su influjo se haga una apropiación con carácter experimental para su campo de acción propio, las experiencias surgidas de tal cooperación. _ No se niegan ni perjudican las posibles mixturas y “mestizajes” estéticos e ideológicos con otras vanguardias y tendencias estéticas en el curso, devenir y acontecer de la experimentación. _ No solo se busca hacer justicia e impulsar vigorosamente al Surrealismo; ante todo el Surrealismo es tomado por nosotros como un puntapié inicial hacia, a partir de la creación, experimentación y producción, el descubrimiento de nuevos horizontes y trasvasamiento de lo conocido hacia el surgimiento de “lo superador”. _ El fin de este colectivo es de carácter constructivo, sin perjuicio de acudir a posturas “destructivas” en tanto necesarias para la continuidad de la tarea constructiva: CONTRUCCIÓN- DECONSTRUCCIÓN- RECONSTRUCCIÓN (Tesis – Antítesis – Síntesis) Vale decir: Vinculación: aspecto inmanente (inmanencia) del sistema dialéctico. _ Aprovechando el momento actual: profundización de la producción hasta su sideralización-saturación en pos de concretar y posibilitar la Industria Cultural. _ Proclamación del imperio de la imaginación sobre el de la lógica en el marco de la relativización y cuestionamiento de la misma y su primacía, como su carácter de única, unívoca y absoluta, alentando la posibilidad de construcción de una antilógica.# Es decir: ¿Es posible pensar en una sinergia entre decisión política y estética para la liberación, o simplemente para el mejoramiento de la sociedad y los individuos? ¿Con impacto en la subjetividad a los fines de un salto civilizacional? Entonces, deseo dejar planteado un debate sobre cuál ha sido la interacción o relación entre la estética y la política, sobre el espontaneismo o no de tal interacción en los debates que atraviesan los temas contemporáneos, pasado, presente y proyección futura en una mayor integración y síntesis.
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