¿De qué vida hacerse cargo?
Esteban Kreimerman
Eje Temático: Discurso PolíticoEsteban Kreimerman
Como uno de los intelectuales más importantes del siglo XX, y a pesar de ser contrario a las formulaciones teóricos generales, Foucault formuló una serie de conceptos que, a pesar de haber sido pensados para ser utilizados en el marco de investigaciones específicas, no pueden dejar de adquirir validez más allá de esos usos. Y entre estos conceptos destaca el de biopoder. Este es uno de sus conceptos más célebres, y ha resultado ampliamente utilizado por investigadores provenientes de todo tipo de disciplinas. Tiene un lugar clave en obras de la talla de Imperio, de Michael Hardt y Antonio Negri, u Homo Sacer, de Giorgio Agamben. Y pese al revuelo que ha causado, apenas si aparece en la obra del propio Foucault.
Es tan sólo en el último capítulo de La voluntad de saber y en la última lección de Defender la sociedad que Foucault habla del biopoder. Luego de este último curso propuso, con Seguridad, territorio, población, abordar directamente la temática del biopoder, pero este propósito quedó abortado luego de unas pocas clases. El título de su siguiente curso, El nacimiento de la biopolítica, parece revelar cierta voluntad de imponerse a sí mismo el tema y no permitirse esquivarlo, y sin embargo terminó siendo un curso sobre las tecnologías liberales de gobierno. Luego de esto, Foucault pareció abandonar definitivamente el concepto.
¿Qué pudo hacerlo tomar ese camino? En este trabajo propongo que esta discontinuidad del concepto de biopoder está directamente relacionada con el momento específico en que fue producido. En la primera lección de Defender la sociedad, Foucault se declara cansado del trabajo que ha venido realizando en los últimos años. No es difícil asociar este trabajo con el proyecto genealógico que tuvo sus dos mayores realizaciones en La voluntad de poder y Vigilar y castigar. En el curso de 1975-1976 Foucault declara su voluntad de superar el modelo bélico aplicado en estos libros, y las limitaciones que este le imponía. Cuando el proyecto de análisis de las tecnologías toma forma como su sucesor, el biopoder queda enmarcado en las tecnologías, y termina por desaparecer en ellas.
Quiero argumentar que son ciertos desplazamientos y ciertas rupturas –junto a ciertas continuidades– los que llevan al abandono del concepto, desplazamientos directamente asociados al pasaje de un proyecto arqueológico centrado en los discursos, a uno tecnológico centrado en las prácticas. En este desplazamiento juega un papel clave el pasaje del concepto de positividad al de dispositivo. Eran ciertas condiciones específicas de aproximación a la verdad las que permitían formular algo como el biopoder, y una vez abandonadas, este concepto dejaba de ser posible. La pregunta que este trabajo busca responder puede formularse de la siguiente manera: ¿qué es esa “vida” que, bajo el biopoder, el Estado toma a su cargo?
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