Paulo Roberto Cisternas Torres
UDEC
Eje Temático: Formas políticas
La identidad en un individuo, sabemos, se sustenta en una pluralidad de fuentes u orígenes (Castells, García Canclini, Jorge Larraín). La interrogante que emerge en el campo de lo político es como hoy lo nacional se interrelaciona con otros principios de pertenencia que van más allá o mas acá del Estado – Nación. Hasta la globalización el principio identitario dominante en el proceso chileno ha sido la nación (Castells), este eventual rompimiento hacia identidades intra, post o supra nacionales, implica un traslado de este eje simbólico.
La definición de los principios de ciudadanía se generaron eventualmente sobre la base de la posición original Ralwsiana. En donde las circunstancias particulares no intervienen, el denominado velo de la ignorancia, simulación con pretensión universal en la cual las partes ignoran sus características individuales, como clase social, poder económico, ascendencia, capacidad intelectual, etc. El análisis acerca de los límites de la ciudadanía plantea la interrogante de como se entendería un sistema político bajo el principio de pluralismo razonable o si en la sociedad chilena actual es posible seguir argumentando a favor del El hecho de opresión, amparándose en que ello posibilita el establecimiento de una Sociedad Bien Ordenada.
Michael Walzer propone la hipótesis que las personas asumen identidades por la manera en que conciben y crean bienes sociales. Esto nos lleva intentar a distinguir entre lo que soy y lo que es mío, pero quizás aún más pertinente al entendimiento de la política como un asunto de distribución o de redistribución, dejando al margen la lógica de representación que emerge en las acciones políticas. El razonamiento de Walzer apunta a como se deben distribuir los bienes para que las relaciones que se establecen entre los ciudadanos puedan se considerados como una expresión de hombres y mujeres libres. A lo cual Walzer probablemente propondría su idea de la igualdad compleja, un sistema uniforme de distribuciones que implique un cambio en las relaciones políticas de las comunidades domésticas hasta los parámetros globales.
En Chile han comenzado a emerger una serie de problemáticas políticas que cuestionan los cimientos mismos de nuestro entendimiento de lo público. Tales como el conflicto étnico – territorial de la Araucanía, el reconocimiento constitucional del carácter pluri nacional del Estado chileno, un sistema electoral que tiende a la no diversidad, la poca participación y la exclusión política, partidos políticos con lógicas oligárquicas o una desigualdad política que el sistema político en su globalidad parece amparar. Una idea que busco cuestionar, en base a la situación chilena, es que la supuesta convergencia en una cultura global no hace anacrónica las aspiraciones por agruparnos en los niveles más cotidianos en experiencias. En realidad ni de Rawls ni mucho menos de Walzer se podría desprender este razonamiento. Es por ello que se están comenzado a discutir proyectos de ciudadanía diferenciada, con la idea de no solamente plantarse el tema de la ciudadanía desde los supuestos tradicionales de la democracia y de la justicia.
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