Eje Tmeático: Formas Políticas
Juan Pablo Forlin - Universidad Nacional de Villa María
Es preciso decir, para marcar desde el inicio el trayecto, evitando pues, rodeos y filiaciones futuras, que denominamos por política a la acción subversiva que rompe (quiebre o derrota) la configuración simbólica de la hegemonía -lugar donde se figura el agente visible y el lugar vivible- injertando lo otro (germen político) con capacidad emancipatoria en nombre de la plenitud. Por consiguiente, hay política cuando lo otro en un proceso extremo y subversivo logra irrumpir en el terreno socio-simbólico hegemónico, manifestando el desplazamiento situacional de la administración estructurada. Esto nos da la actividad política como acción insurrecta, producto de una normativa configurada simbólicamente, de sujetos conformados que perforan la sedimentación establecida efectuando la anulación de supuestos; supuestos que propagan el conflicto acerca de la configuración del terreno común –volveremos sobre esto-.
Mientras que llamamos administración a todo espectáculo organizado que domina y controla, mediante ejecuciones normativas rutinizadas el andar único y subordinado de seres representados –configuración simbólica#- en un direccionamiento constituyente de demanda (funcional) a la mismísima sujeción particular que los caracteriza; o sea bajo la evaluación de confirmación como agente productor prudente y de comprobación estructural de lo social. La administración es el complemento dispositivo del control de lo social, un dispositivo social y “policial” íntegramente consagrado a regular las estructuras y, en sobremanera, al agente en la distribución y el funcionamiento del orden natural-común (sedimento hegemónico).
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