y el paradigma de la Democracia Deliberativa
Eje Temático: Formas Políticas
Nicolás Emanuel, Olivares, SECyT- UNC
Nicolás Emanuel, Olivares, SECyT- UNC
En el marco del análisis filosófico político contemporaneo, una adecuada reconstrucción racional del concepto de democracia al modo en que se erige en el sistema constitucional argentino, impone dar cuenta de un trascendental acontecimiento: la crisis del actual modelo representativo de democracia. Esta última tesis, en relación a a otros paises latinoamericanos, ya ha sido abonada por ciertos analistas políticos (1). En este sentido, existen quienes sostienen que el problema reside en la ineficacia política de las actuales estructuras de gobierno democráticas representativas, siendo entonces la falta de legitimación política el centro de la cuestión. La propuesta de solución de estos autores consiste en efectuar una serie de reformas al modelo representativo (2), que permitan a este adecuarse a las actuales necesidades de la comunidad política para la cual se impone.
En contraposición a dicha postura, sostenemos como ponencia: que en el caso argentino, la falta de legitimación, es decir, la ineficacia política de dicho modelo, deviene de la sobrevenida ilegitimidad moral del mismo. Decimos sobrevenida ya que las condiciones políticas y los condicionantes normativos no ideales de la comunidad política argentina asi lo han determinado. En resumidas cuentas, esto implica sostener que la concepción ideológica y moral de fondo que sostiene nuestro modelo representativo es la que esta en crisis. De este modo, urge la necesidad de buscar un modelo democrático, superador, que sea posibilitador de una eficaz construcción intersubjetiva de la esfera pública de los asuntos políticos, pero que fundamentalmente posea mayor legitimidad moral que su par representativo.
1 Tales como Miguel Angel Latouche R. en su trabajo “Los Dilemas de la Representación. Hacia una revisión de la crisis del sistema político venezolano contemporáneo”
2 Así pareciera expedirse Ruben Hernandez Valle, en “De la democracia representativa a la democracia participativa”
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