Eje Temático: El capitalismo neoliberal y sus críticxs: de la desposesión y el gobierno a la construcción de alternativas.
Coordinadores: Emiliano Sacchi (CONICET/UNCO) – Matías Saidel (UCSF- CONICET / UNER)
Durante las últimas décadas, se han desarrollado en nuestro medio al menos dos interpretaciones a menudo contrapuestas acerca del neoliberalismo. Por un lado, la crítica de los años ’90 se concentró en los procesos de privatización, desregulación, la desindustrialización y la flexibilización laboral, haciendo foco en el modo en que las políticas del Consenso de Washington fueron impuestas en nuestro medio, ya no a partir de dictaduras sangrientas sino en este caso mediante gobiernos electos democráticamente. Dicha crítica se ha visto prolongada en la última década con los estudios en torno al neoextractivismo que, en algunos casos, se dio bajo la égida de gobiernos progresistas o populares y más en general a través de las nuevas dinámicas de desposesión impulsadas por el capitalismo neoliberal y financiarizado a nivel global.
Por otra parte, en la última década se han multiplicado las interpretaciones del neoliberalismo como forma de gubernamentalidad que busca modificar las conductas y producir subjetividades empresariales. El capitalismo neoliberal habría asumido un nuevo ethos capaz de hacer coincidir el cuidado de sí mismo con los fines de las empresas. De hecho, estas visiones han mostrado que la empresa se configura como principal institución normativa y que las lógicas del capital humano se extienden a todos los dominios de la existencia.
Sin embargo, lo que muchas de estas últimas lecturas dejan inexplorado es el problema de las condiciones extremadamente violentas de posibilidad del gobierno de los hombres. En ese sentido, nos parece necesario problematizar qué modalidades de violencia, de explotación, de precarización, etc. son las que hacen posible el gobierno de las poblaciones y de las subjetividades en términos empresariales. Dicho de otro modo, se trata de comprender dichas violencias no solo como un retorno fantasmático de la soberanía sino como articulación de nuevas formas de soberanía, de gobierno y de explotación y de interrogar su productividad económica y política. Para ello se hace necesario poner en diálogo y tensión las dos vertientes de la crítica al neoliberalismo señaladas al principio.
Más aún, nos interesa no sólo una puesta en común de las críticas sino también interrogarnos por sus propios límites, es decir, preguntarnos en qué medida la crítica logra hacer mella en estos procesos que se escriben dolorosamente sobre nuestras vidas. En estos últimos años estamos viviendo después de la dictadura de 1976 (y en su misma estela) el ataque más violento de los sectores más concentrados y desterritorializados del poder. La crítica y el diagnóstico, su reiteración y sus paráfrasis infinita de jornada en jornada, de congreso en congreso, se parece cada vez más a un lamento que goza en la descripción interminable de un desastre que nos condena de antemano. De nada sirve cartografiar el presente si no se construyen estrategias para poner los mapas y el presente, sus líneas de fuga y sus posibles en movimiento. ¿Cómo franquear los límites del diagnóstico y la crítica? ¿Cómo puede la praxis teórica volverse resistente y creadora de otras experiencias posibles? ¿Cuáles son sus aliados y las articulaciones que habilita? Por ello, junto con el diagnóstico y la crítica del presente, la pregunta por el qué y -sobre todo- por el cómo hacer, qué alternativas, estrategias, experimentaciones, etc. se pueden abrir frente a modalidades de poder que cada vez se parecen más a estados duros de dominación, será una cuestión central de nuestro encuentro. ¡Un esfuerzo más!
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